10 ene 2013

homo homini lupus est

Parágrafos extraídos del ensayo de Antonio Vélez “El lobo feroz”.


“Si le enseñáramos la paz y el amor al prójimo –creen algunos bien pensados - el hermano lobo (el hombre) terminaría perdiendo sus colmillos. Como animal racional de altas capacidades de aprendizaje el hombre se contagia fácilmente de la cordialidad, del respeto por sus congéneres. Pero en cada hombre, en su interior, seguirá escondido un agresor en potencia. Basta que las circunstancias lo propicien – desencadenadores - para que la cara oscura de su alma se revele y aparezca en escena el Caín que siempre le acompaña. Estos genes de combate se pueden revelar por ejemplo en cualquier nimio percance en la carretera, el mamífero que llevamos dentro salta de su asiento en defensa del nivel jerárquico amenazado, con una agresividad que deja atónita a la razón. En general no se requiere gran cosa para activar la respuesta agresiva”.


“Los conquistadores, los terratenientes, los tiranos han encontrado siempre razones “justas” para sus mas execrables actos. Por ejemplo negar la afiliación, considerar a los otros como parte de un grupo inferior, sin mayores vínculos con el nuestro, casi de otra especie. Disculpas inconscientes de nuestra mente para justificar cualquier acto. Digámoslo claro: los seres humanos no evolucionamos pensando precisamente en el prójimo”.


“Llevamos cerca de 4.000 millones de años en plena lucha: contra el mundo exterior, contra las demás especies, contra la propia. Somos hijos de los vencedores de una cruenta batalla que se ha prolongado por espacio de siglos, y es que la evolución de las especies es el resultado de la luchas por la supervivencia y la reproducción. No seamos ingenuos: la agresividad y el egoísmo forman parte inherente de nuestro ser”


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